Saturday, March 5, 2011

Como Jalisco No Hay Dos.

Aún se vivían las grandes pérdidas de la guerra civil, cuando México se ve amenazado por la intervención militar extranjera de tres países: Inglaterra, Francia y España; utilizando éstos como pretexto la suspensión de pagos de la deuda externa que dispuso Juárez el 17 de junio de 1861.

Ante tal amenaza, Jalisco reaccionó con patriotismo, ya que su gobernador Ignacio L. Vallarta publicó un llamado a sus coterráneos, el 23 de diciembre de 1861, para que defendieran con armas la soberanía e integridad del país.

Tanto España como Inglaterra cesaron en sus propósitos, no así Francia, que procedió a invadir militarmente a México. 

En Jalisco, respondiendo a tal atropello, el Tribunal de Justicia del Estado publicó una protesta contra la intervención gala. A pesar de la resistencia militar mexicana, las fuerzas francesas ocuparon su territorio; y el 6 de enero de 1864, las tropas de Francia arriban a Guadalajara.

Los jaliscienses manifestaron siempre su repudio al emperador Maximiliano y a los conservadores que apoyaron su imposición. Hacia 1866, en Jalisco se volvieron más frecuentes y violentos los   levantamientos contra el imperio; se clamaba por la instauración de la República. Los conflictos entre los liberales e imperialistas se recrudecieron, llevando al enfrentamiento de las armas entre ambas facciones.

El 18 de diciembre de 1866 se escenificó en la hacienda de La Coronilla, cerca de Santa Ana Acatlán, un fuerte combate entre tropas francesas y las fuerzas comandadas por el general Eulogio Parra, quien conquistó la victoria cubriendo de gloria las armas mexicanas. Otro de los hombres que logró grandes triunfos para México en esta guerra, fue el General Ramón Corona. El 21 de diciembre de 1866, el general Parra entró triunfante a la ciudad de Guadalajara y unos días después, el 14 de enero de 1867, arriba a la capital tapatía, el general Ramón Corona, con este hecho se da por restaurado el orden constitucional en el estado, aplicando los preceptos de la Carta Magna de 1857 y las Leyes de Reforma.

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